Si eres de la generación de los mileniales o “Z” ¿sueñas con no tener ninguna deuda estudiantil? Reimagina tu enfoque en torno a las deudas y progresa con tu bienestar financiero.
No todas las deudas son malas. Asumir una deuda puede ayudarte a pagar la matrícula universitaria o comprar tu primera vivienda.
Pero, tener demasiadas deudas, especialmente cuando apenas estás iniciando tu carrera profesional o tratando de hacer planes para el futuro, puede ser abrumador. Casi un 50% de las personas menores de 30 años con un título universitario (bachelor's degree), estudios universitarios de pregrado o de posgrado tienen préstamos estudiantiles1. La deuda promedio entre las personas de 25 a 40 años es de $27,250, sin incluir la hipoteca2.
¿Cómo equilibras el pago total de tus préstamos estudiantiles con otras metas importantes, como la compra de una vivienda o el retiro? Comienza con estos seis consejos.
1. No caigas en la trampa de “arrepentirte de tus deudas”.
Resulta que no eres la única persona que está reconsiderando sus deudas. Tres de cada cuatro estadounidenses se arrepienten de al menos una de las decisiones financieras que hayan tomado3. “Lo más probable es que todas las personas que conoces han tomado decisiones financieras en el pasado que les han dejado una lección” afirma Heather Winston, directora adjunta de asesoría y planificación financiera en Principal®.
Algo que debes recordar: los préstamos estudiantiles ni siquiera figuraron entre las tres principales causas de arrepentimiento por haber asumido deudas, pero no ahorrar lo suficiente desde temprano para el retiro encabezó la lista de todos.
2. Conoce todo lo que puedas acerca de tus deudas.
Entérate de todos los detalles de tus deudas, incluyendo plazos de los pagos, tasa de interés y saldo.
“La clave del éxito a largo plazo es ser habilidosos en el manejo de las deudas, priorizarlas junto con el ahorro y los gastos, y reconocer que las deudas que tienes probablemente generarán cierto impacto en el logro de tus metas”, dice Winston.
3. Analiza tu relación deuda-ingreso y tu presupuesto.
La relación deuda-ingreso es sencillamente la cantidad total mensual que debes pagar en deudas dividido entre tu ingreso mensual bruto. En general, las deudas no deberían sobrepasar un 28% de esa relación. Utiliza nuestra calculadora de relación deuda-ingreso a continuación.
Además de comprender tu relación deuda-ingreso, elabora un presupuesto, incluso si es una lista simple de tus gastos e ingreso. Usa nuestra como punto de partida.
Tener una relación deuda-ingreso más baja no es solo poder pagar las facturas del mes. Una relación deuda-ingreso alta afecta negativamente tu puntuación crediticia, lo cual, a su vez, ocasiona impactos negativos en tu capacidad de lograr esas metas financieras a largo plazo.
Si esta relación o tu presupuesto están en desequilibrio, hay medidas que puedes tomar a corto plazo. Tal vez se trate de conseguir un empleo adicional temporal, compartir la vivienda con alguien más, o posponer otras metas por uno o dos años.
4. Sé flexible y mira hacia el futuro.
El pago de las deudas es como cualquier otra meta: poco a poco se progresa mucho. Tal vez pudieras idear un plan para saldar tus préstamos estudiantiles (u otras deudas) más rápido y recortar gastos para empezar a avanzar poco a poco hacia tus metas de ahorro.
Algunas personas, como Winston, optan por una estrategia en particular. “Durante casi un año, lo único que comía eran fideos instantáneos y sándwiches de mermelada con mantequilla de maní para pagar lo que debía después de graduarme de la universidad”, dice Winston. “Tenía la determinación de destinar cada centavo que no usara para pagar la vivienda y los servicios en saldar mi deuda rápidamente”.
Tú decides cuál estrategia te servirá: fideos instantáneos u otra cosa. Por ejemplo, si sales a comer, haz un pago adicional de tu préstamo estudiantil por la misma cantidad gastada en el restaurante. O puedes vivir en un apartamento más pequeño, incluso por tan solo un año.
5. No tienes que elegir entre invertir o pagar tus préstamos estudiantiles. Puedes hacer ambas cosas.
Tal vez estés pensando: no puedo darme el lujo de ahorrar para la inicial de una casa/unas vacaciones/mi boda hasta que haya saldado todas mis deudas. Pero, a menos que tengas deudas muy bajas, podrías tardarte varios años en saldarlas. Todos esos años son esenciales para otros objetivos de ahorro, como el retiro.
Mientras más pronto empieces a ahorrar para el retiro, incluso si es una cantidad pequeña, mejor podría ser tu situación cuando dejes de trabajar. “La mayoría de nosotros tenemos cronogramas y metas de vida contrapuestas”, dice Winston. “Es poco realista pensar que puedes dejar de ahorrar para el retiro y simplemente eliminar tus deudas más rápido”.
Una victoria fácil mientras estás equilibrando los pagos de tus préstamos y tus metas de ahorro es destinar suficiente dinero al plan de retiro patrocinado por el empleador para recibir el monto máximo de contribuciones complementarias del empleador, si las ofrece.
6. Tú vales más que tus deudas.
Siempre habrá personas que están haciendo o ganando más. Cuando se trata de las metas financieras, lo único que puedes controlar son tus decisiones.
“Cuando lo adeudado en préstamos estudiantiles superaba mi patrimonio, esto no me hacía menos simpática, ni menos digna de cariño o de diferentes circunstancias”, dice Winston. “Reconoce que tu experiencia no es igual a la de los demás. Es tuya y tú tienes las riendas de tus decisiones”.
Siguientes pasos
para revisar el progreso hacia tu retiro. ¿No tienes una cuenta de retiro patrocinada por tu empleador o quieres ahorrar incluso más? Podemos ayudarte a crear una cuenta de ahorros para el retiro en la forma de una Cuenta individual de retiro (IRA). ¿Quieres conocer más maneras de establecer tus bases financieras? Nuestra biblioteca de recursos puede ser útil.